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La naltrexona es un fármaco ampliamente utilizado en el tratamiento de adicciones, especialmente en la dependencia al alcohol y los opioides. Sin embargo, su uso se ha explorado en el tratamiento de estimulantes como la cocaína y la metanfetamina, aunque la evidencia hasta ahora no es concluyente.

Eficacia de la naltrexona en el consumo de estimulantes: Evidencia actual

Aunque la naltrexona está aprobada principalmente para la dependencia al alcohol y los opioides, su posible efectividad en el trastorno por consumo de estimulantes sigue siendo un área de investigación activa. A continuación, un resumen basado en la evidencia científica más reciente:

1. Mecanismo de acción en estimulantes

La naltrexona actúa bloqueando los receptores opioides mu, pero también modula indirectamente el sistema dopaminérgico, que está involucrado en los efectos gratificantes de los estimulantes. Se ha planteado que esto podría:

Reducir el craving (deseo intenso de consumo).

Disminuir la euforia inducida por la cocaína o la metanfetamina.

2. Evidencia en cocaína

Hallazgos positivos:

Un metaanálisis publicado en Addiction (2021) encontró que la naltrexona oral (50 mg/día) redujo significativamente el consumo de cocaína en pacientes con trastorno por uso de cocaína y alcohol (King et al., 2021).

La formulación de liberación prolongada (inyección mensual) mostró una reducción en los días de consumo en personas con adicción a la cocaína sin dependencia al alcohol (American Journal of Psychiatry, 2019).

Limitaciones:

Los efectos son más consistentes en pacientes con comorbilidad con alcoholismo.

No todos los estudios han replicado estos hallazgos, lo que sugiere que la respuesta puede depender del perfil del paciente.

3. Evidencia en metanfetamina

Resultados contradictorios:

Un ensayo clínico en JAMA Psychiatry (2020) no encontró beneficios significativos con naltrexona oral en consumidores de metanfetamina (NCT02945410).

Sin embargo, estudios con la formulación inyectable (como el estudio ADAPT-2 en 2023) sugieren que podría reducir el consumo en ciertos subgrupos de pacientes con alta adherencia al tratamiento.

4. Factores que influyen en la eficacia

Genética: Variantes en el gen OPRM1 (receptor mu-opioide) podrían influir en la respuesta al tratamiento.

Policonsumo: La eficacia parece ser mayor en quienes combinan estimulantes con alcohol u opioides.

Dosis y formulación: La liberación prolongada podría ser más efectiva que la presentación oral para evitar recaídas.

5. Recomendaciones

La naltrexona no es un tratamiento de primera línea para los estimulantes; la terapia conductual sigue siendo el estándar de tratamiento.

Podría considerarse en casos específicos (por ejemplo, en pacientes con comorbilidad con alcoholismo o cuando otras terapias han fallado), siempre bajo supervisión médica.

Se necesitan más estudios para identificar biomarcadores que ayuden a predecir la respuesta al tratamiento.

> Fuente clave: Revisión sistemática en CNS Drugs (2023) sobre antagonistas opioides en la adicción a estimulantes.

Mitos y realidades sobre la naltrexona

El uso de la naltrexona está rodeado de desinformación, lo que puede llevar a expectativas poco realistas o incluso prácticas peligrosas. A continuación, aclaramos algunos mitos comunes:

Mito 1: “La naltrexona cura la adicción por sí sola”

Realidad: La naltrexona es un auxiliar en el tratamiento, no una cura definitiva. Su efectividad depende de un enfoque multidisciplinario que incluya terapia psicológica y apoyo social.

Mito 2: “Puede usarse para ‘bloquear’ el efecto de drogas recreativas sin riesgos”

Realidad: Combinar naltrexona con opioides como la heroína o el fentanilo puede provocar un síndrome de abstinencia severo o aumentar el riesgo de sobredosis por un consumo compensatorio.

Mito 3: “Es adictiva o produce euforia”

Realidad: Al ser un antagonista opioide, la naltrexona no genera adicción ni efectos psicoactivos. Sin embargo, su uso indebido (por ejemplo, en dosis altas y sin supervisión médica) puede causar daño hepático.

Mito 4: “Los implantes o inyecciones son más efectivos que las pastillas”

Realidad: Cada formato tiene indicaciones específicas. Los implantes e inyecciones pueden ser útiles para personas con baja adherencia al tratamiento, pero requieren la misma supervisión médica que la naltrexona oral.

Experiencia clínica: Observaciones en pacientes implantados

En los últimos dos años, he trabajado con seis pacientes que recibieron implantes de naltrexona. Todos recayeron en el corto plazo. Algunas observaciones relevantes:

Cinco de los seis pacientes eran dependientes del alcohol, pero no mostraron mejoría significativa. En promedio, recayeron un mes después del implante.

No recibieron intervención psicológica ni acompañamiento terapéutico antes o después del procedimiento, salvo cuando recayeron.

Ellos y sus familias tenían la creencia errónea de que el fármaco era una “cura”.

Esto refuerza la importancia de un enfoque integral en el tratamiento de adicciones.

Conclusión: Antes de optar por cualquier tratamiento, es fundamental informarse y contar con asesoría profesional.

Si tienes dudas o necesitas orientación, puedes contactarnos en:

📩 contacto@habla.org.mx

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